Lunes Triste, ¿verdad, mito o retroalimentación colectiva?

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¿A qué lo has escuchado alguna vez?

El tercer lunes de enero se cataloga como el día más triste del año. Dicen, que es el día en que te das cuenta de que, aquellos propósitos que te habías hecho en el mágico y radiante mes de diciembre, están lejos de cumplirse, y que las dificultades económicas y laborales siguen estando presente.

¿De dónde sale este concepto?

Fue en el año 2005, cuando el psicólogo galés Cliff Arnall a través de una ecuación matemática demostró que, este tercer lunes de enero, resultaba ser el día más triste de todo el año. 

Es cuando nos damos cuenta de que aquellos fantásticos propósitos que nos habíamos planteado no se están cumpliendo, que aquellos objetivos propuestos no son tan fáciles de conseguir, que nuestra situación socioeconómica no ha mejorado y que, emocional, física y mentalmente, sigues estando igual que hace un mes. Recuerdo, incluso, haber leído algún artículo hace tiempo, donde se comentaba que era un día donde había una enorme cantidad de casos de suicidios.

Permíteme ser poco creyente con esto, sin ánimo de faltar el respeto a nadie. Tan solo te expongo lo que observo al respecto.

No parece muy lógico que en tan solo tres semanas nos resulte tan desmotivador no estar en donde queríamos, cuando durante el año, muchas otras metas tendrán este mismo resultado (mientras las estamos y continuamos realizando), y no parece de tanta magnitud en su gravedad. Igualmente, es en cualquier momento del año en que pensamos en nuevos proyectos, agendamos nuevos eventos y decidimos si hay que cambiar alguna dinámica. Entonces, si es algo que ocurre en continuidad, ¿por qué darle tanta importancia y urgencia a un único lunes?

Permíteme romper una punta de lanza en favor de la cordura.

Cliff Arnall trabajó esta fórmula para determinar cuál era el peor día del año, como proyecto para una campaña publicitaria de la agencia de viajes Sky Travel. ¿Tiene, por tanto, base científica? ¿Resulta ser una verdad incuestionable? ¿Se trata de una «histeria» colectiva?

Los resultados han sido muy cuestionados y no todos estamos al cien por cien de acuerdo (yo misma me planteo cierta reticencia al respecto).

Sin embargo, no hay duda de que el «Blue Monday» o lunes Triste, llega, y es un hecho cada año. Seguimos temiendo y notándonos bajos de energía ese día, cansados, desmotivadnos… Yo di clases ese día y los chicos venían como si hubieran pasado la noche en vela o hubiesen estado toda la semana de exámenes. Algunos compañeros y amigos comentaban la «falta de ganas» de ese día. Incluso, pude observarlo en otros conocidos, como se derrumbaban sin razón alguna por cosas y situaciones que se habían hablado con anterioridad como algo normal.

No dudo que ocurran imprevistos y problemas en ese día. Y no cabe duda, y debemos dar un paso al frente con esto, que las redes sociales influyen en todo esto. Llenan el espacio con mensajes de ánimo para pasar este «día tan deprimente», nos lo meten por los ojos con los medios de comunicación que se hacen eco, subiéndose a la ola por no quedar a tres. Se hacen rebajas, promociones, ayudas y sorteos con la idea de mantener al consumidor.

¿Qué estamos haciendo?

No dudo que haya días más aciagos que otros, que tengamos un bajón de ánimo e, incluso, apostaría a que coincidiese una revuelta de las energías en el universo que no influyera en nuestro estado anímico.

No niego, ni afirmo su existencia. A esta decepción personal y desmotivación, se une una serie de factores meteorológicos, económicos y emocionales que pueden dar como resultado un bajo estado de ánimo. Solo eso. Igual que con las estaciones, —el otoño también se considera una época en que nuestra energía parece necesitar más viveza, es cuando bajan nuestras defensas y comenzamos una nueva etapa de horarios, control y velocidad. ¿Un candidato perfecto para pensar en una «estación deprimente»?— y lidiamos con ello; lo tenemos asumido como una época habitual en nuestra vida.

Sí, pienso que, si no tuviéramos tan «de frente» el Lunes Triste, si no nos retroalimentáramos con lo que ocurre ese día tan puntual, si no estuviéramos más pendientes y al acecho de las ventajas y dificultades en ese lunes concreto, tal vez, y solo tal vez, viviéramos con más normalidad y menos aflicción emocional el Lunes Triste. 

Nos aferramos a ideas personales, subjetivas y puntuales y las damos como válidas para toda la vida de la humanidad y por siempre. ¿Qué haríamos si aparece alguien que busque opciones para un martes decepcionante, o un viernes catastrófico, un jueves cansino, un sábado de frustración o un domingo infernal? ¿Se institucionalizarían también?

La vida ya es complicada, y nos surgen dificultades y problemas serios en cada día del año. No demos fuerza a elementos sin consistencia por seguir la moda. Nos va en ello la cordura, la lógica y la salud. ¿Lo reflexionamos para el próximo año?

 

¿Qué es para ti el éxito?

Me siento shof: Cansancio y desmotivación

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