¿Quieres conocer cómo puedes escribir una novela, con la ayuda de la PNL?
Mi mejor ejemplo de cómo aplicar la PNL a la escritura, es mi novela La chamana de las piedras.
Cuando comencé a escribir, sólo tenía ideas inconexas: Me gustaba un tipo de personaje, quería incluir alguna escena específica, exponer alguna emoción concreta…
Es decir, nada. Me sentía un poco perdida y me asusté. ¿Qué iba a hacer yo, que nunca había hecho nada por escribir?
Lo único a mi favor entonces, era las incontables horas de lectura y los numerosos libros que habían pasado por mis manos.
Sin embargo, decidí tomármelo con calma.
Comencé a anotar aquello que me gustaba. Luego, características para los personajes (a veces de películas, otras de personas que encontraba, de otros libros…) Sólo tenía el título que, por cierto, salió por casualidad: jugando en la playa, un día de ocio familiar, mi marido me lo dijo como broma al ver que buscaba piedras en la arena.
El hecho es que, cuando conocí y comencé a estudiar PNL (Programación Neuro Lingüística), muchos de los ejercicios que hacía me recordaban a los personajes que me estaba inventando. Y las «demos» que realizábamos habrían mi curiosidad respecto a posibles situaciones en la historia. Pero, aunque ya tenía algunas páginas y escenas sueltas, aún no tenía nada en concreto.
Fue cuando tuve que hacer el trabajo final del curso de PNL, donde decidí hablar de mis pruebas de PNL en la escritura. Así surgió el Creatividad para Comenzar a Escribir: me daba todas las ideas, conectores y ejercicios que necesitaba.
De repente, todas esas pequeñas ideas y notas comenzaron a tener un puesto en el esquema de la novela. Fui rellenando los huecos y, cada vez, me sentía más afín con los personajes y cómo se comportaban.
El giro final, el puntal que dio un vuelco a la historia y la conectó desde el inicio, surgió una noche mientras hacía un diálogo. De pronto, las preguntas y respuestas me venían a la cabeza mientras las escribía (sin duda, retazos de otras conversaciones). Pero me sentía fluir, estaba cómoda y divertida con esa sensación.
Una de las respuesta, sin haberla siquiera sopesado, me vino a la mente. No tenía nada que ver con lo que yo tenía propuesto, ni pensado. Pero provocó que girara toda la historia como si de un trompo se tratara. Se conectaron las ideas, los personajes cobraron una vida mucho mayor de lo que yo les transmitía, y todo comenzó a respirar cierto equilibrio.
¿Por qué te cuento esto?
Porque sé, que cuando alguien empieza, se encuentra en esa situación. Conozco la sensación de impotencia, la inseguridad y el temor al ridículo. Pero todo es pasajero: Todo termina conectando. Sólo debes tener paciencia, y cuando menos lo espere, lo verás.
Puede ser cualquier cosa: desde una situación que veas en la calle, la lectura de otro libro, una discusión en tu casa, un comentario al azar…
Lo único que debes tener en cuenta es prestar atención y estar abierto a las posibilidades.
¿Y qué pasó con la novela?
Pues la chamana de las piedras tomó cuerpo, y está editada.
He tenido la fortuna de contar con lectores que han sido muy amables en darme su opinión. Y, aunque estoy abierta a críticas constructivas para mejorar y aprender —de hecho, las pido—, hasta ahora, todas han sido favorables. Se sienten inmersos en la historia y el lugar. Muchos me comentan que la leyeron en un fin de semana. Y para mí, aunque la novela sea la primera y mi primera obra seria, esto es una gran satisfacción.
La chamana de las piedras es, sin duda, un resultado directo y completo de las herramientas de la PNL que pueden utilizarse en la escritura.
Y es el mejor ejemplo que puedo ponerte para que veas que hay una meta… siempre.