Lecciones eternas: cómo nos transforman los grandes maestros de la literatura

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La lectura es una de las habilidades más importante que puede desarrollar un escritor novel. Leer bien y leer mucho es esencial para todo aquel que quiera dedicarse seriamente a la escritura creativa.

Dedicar tiempo cada día a la lectura de obras de calidad literaria, preferentemente clásicos, brinda enormes beneficios para formar mejores escritores. La lectura expande horizontes, nutre la creatividad y mejora las habilidades técnicas.

Más allá de la cantidad, lo que realmente importa para un escritor es la calidad de lectura. Es preferible leer pocos libros, pero que sean obras maestras de la literatura, que consumir muchos best sellers de dudoso valor artístico.

Los clásicos son ideales para nutrir la formación de un escritor porque han pasado la prueba del tiempo.

Lo importante es que el escritor busque intencionalmente esas lecturas que lo nutran y aprenda de los grandes maestros. Así desarrollará su propia voz con las técnicas de quienes ya alcanzaron la maestría literaria.

Veamos algunos de los principales beneficios que obtendrá un nuevo escritor al cultivar el hábito de la lectura:

  • Mejora el vocabulario y la gramática: Al leer obras de buena calidad literaria, se expande el vocabulario y se refuerzan conceptos gramaticales de forma natural. Esto permite que el escritor exprese sus ideas con más claridad y precisión.
  • Proporciona inspiración: La lectura nutre la imaginación y despierta nuevas ideas creativas. El contacto con grandes obras inspira al escritor porque le despierta nuevas conexiones con ideas y elementos que puede utilizar: además, lo impulsa a buscar su propia voz.
  • Da conocimiento sobre técnicas narrativas: Al leer se puede analizar y aprender de cómo los grandes autores estructuran sus tramas, desarrollan personajes, manejan el lenguaje, presentan escenas y situaciones, etc. Esto después se puede aplicar a los propios escritos adaptándolos a tu historia.
  • Brinda diferentes perspectivas: Cada libro presenta una visión distinta del mundo y la condición humana. Leer amplía los horizontes del escritor, nutre su capacidad de empatía y le ayuda a desarrollar personajes más ricos.
  • Mejora las habilidades analíticas: La lectura requiere poner atención a los detalles, realizar inferencias y comprender matices. Estas habilidades analíticas, tan importantes para un lector, también son fundamentales para un buen escritor.
  • Ofrece ejemplos de estilo: Los clásicos proveen al escritor de modelos literarios que le sirven de guía para pulir su propio estilo. No para imitarlos, pero sí para fijarse y aprender de sus aciertos.

Por ejemplo, de Cervantes, Shakespeare, Emily Dickinson o Gabriel García Márquez podemos aprender modelos excelentes en el manejo del lenguaje y la narrativa.

Con Franz Kafka, con sus mundos surrealistas, Virginia Woolf y sus flujos de conciencia, o Isabel Allende, que construye personajes y universos mágicos llenos de fantasía, podemos aprender y desarrollar nuestra creatividad.

¿Y qué me dices del ingenio satírico de escritores como Jane Austen, la introspección psicológica de Dostoyevski, la prosa poética de Marcel Proust o el realismo crudo de Charles Bukowski?

Todos son maestros de lujo y, además, disfrutas de nutritivas lecturas. Permíteme ofrecerte algunos ejemplos de autores famosos con los que puedes aprender distintos géneros y estilos literarios:

Realismo mágico: Gabriel García Márquez, Laura Esquivel, Isabel Allende.

Realismo crudo: Charles Bukowski, Raymond Carver, Ernest Hemingway.

Misterio: Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Edgar Allan Poe.

Romance: Jane Austen, Emily Brontë, Nicholas Sparks.

Fantasía: J.R.R. Tolkien, C. S. Lewis, J. K. Rowling.

Ciencia ficción: Isaac Asimov, Ray Bradbury, Philip K. Dick.

Prosa poética: Marcel Proust, Virginia Woolf, Jack Kerouac.

Terror/suspenso: Stephen King, Bram Stoker, Mary Shelley.

Drama: William Shakespeare, Tennessee Williams, Arthur Miller.

Humor: Mark Twain, Terry Pratchett, Douglas Adams.

Leyendo ampliamente se puede aprender de los maestros de cada género y desarrollar recursos para incorporar a la propia escritura. Lo importante es identificar el estilo que se quiere perfeccionar y buscar modelos adecuados para aprender de ellos.

No lo dudes: la lectura es una de las mejores inversiones que puede hacer un escritor. Es una fuente invaluable de aprendizaje e inspiración para todo escritor, sea novel o ya tenga experiencia en ello. Esta es, con diferencia, la mejor estrategia que puedes utilizar.

Hoy, además de los enlaces que suelo enviarte al final del artículo, te recomiendo una lectura imprescindible: una lectura indispensable si te gusta escribir.

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¿Leemos de forma correcta a los autores?

Amy Tan, la voz de la mujer asiático-americana actual

«Orgullo y prejuicio», de Jane Austen

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