Escribir bien requiere práctica, paciencia y, sobre todo, constancia. Pero, incluso con la mejor disposición, muchos escritores se enfrentan a dos grandes obstáculos: la falta de guía clara y la dificultad para concentrarse durante el proceso creativo.
En este artículo quiere ofrecerte estrategias prácticas para mejorar la concentración a la hora de escribir y una selección de libros indispensables para ayudarte en el proceso creativo.
La concentración es la herramienta invisible que sostiene cualquier proceso de escritura. Puedes ser muy creativo y tener una gran imaginación, pero si no logras tener una concentración eficaz, las ideas se diluyen, los textos quedan a medias y la motivación se evapora.
Si no logramos una concentración efectiva, no podremos desarrollar ideas complejas, ni mantener una coherencia narrativa; repetiremos ideas y conceptos, caeremos en contradicciones y no disfrutaremos del proceso.
La concentración es una habilidad que se puede mejorar y desarrollar. Y es algo que resulta esencial para avanzar con confianza.
¿Por qué es importante concentrarse al escribir?
El proceso de escribir, sea lo que sea, —así hablemos de una simple nota o una felicitación, o un correo— exige una atención sostenida. A diferencia de otras actividades creativas con habilidades más físicas o colaborativas, la escritura ocurre en soledad y, a menudo, durante largos periodos.
Una mente concentrada, en cambio, permite conectar más profundamente con el texto, encontrar soluciones narrativas con más facilidad y terminar lo que se empieza (lo cual, nos produce satisfacción y aumenta la motivación).
¿Cuáles son los beneficios de una buena concentración?
- Una mayor productividad: terminas más textos en menos tiempo.
- Mejor calidad de nuestros escritos: detectas errores y mejoras con más claridad.
- Menos bloqueos: fluyes con más naturalidad.
- Mayor satisfacción personal: disfrutas más del proceso creativo.
- Mejora la confianza y la motivación: al ver resultados tangibles, crece la motivación.
Saber escribir no sirve de mucho si no logramos enfocarnos durante las sesiones de trabajo. Te propongo algunas estrategias que pueden serte de utilidad para ir mejorando y progresando en tu concentración:
1. Crea una rutina de escritura fija.
Escribe siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Esto es algo que suelen decir mucho sobre la escritura. Y es verdad, que tener un tiempo específico dedicado a ella, hace que los demás que te rodea, cobre un sentido secundario y permita a tu mente, centrarse en ello.
Sin embargo, si crees nuevo escritor, es posible que te cueste algo de trabajo generar esta rutina. Así que, para esos primeros días, te sugiero algo más flexible:
A.- Busca el momento en el día que te resulte más cómodo, donde creas que puedes sentarte media hora solo para escribir, y sin distracciones.
B.- Aprovecha cuando sientas el impulso de tratar alguna escena o tomar nota de una idea y apuntala en una libreta; busca un momento en el día donde desarrollarlo, sin distracciones.
En ambos casos, debes tomarlo como si fuera un tiempo de gimnasio: no puede faltar y hay que completarlo. Siempre sin distracciones.
2. Elimina las distracciones digitales
Apaga notificaciones, deja el móvil fuera de la habitación o usa herramientas como Freedom, Cold Turkey o FocusWriter para bloquear distracciones. Prueba escribir sin conexión a internet.
3. Divide tu tiempo en bloques (Técnica Pomodoro)
Esto es una ayuda, asombrosamente eficaz. Trabaja 25 minutos y descansa 5. Repite el ciclo cuatro veces y luego haz una pausa larga.
Es una estrategia fantástica para mantener la mente activa y muy productiva, sin agotar la atención.
4. Haz una lista breve de lo que vas a escribir
Antes de comenzar, anota dos o tres puntos clave que quieras desarrollar. Puede servirte las ideas que te hayan surgido con anterioridad, o una sensación o emoción que quieras explorar. En algunos casos, yo utilizo mis emociones: enfado, tristeza, alegría, para apuntar elementos que me sirvan en algunas escenas, como la forma en que percibo esas emociones, respuestas habladas o físicas a determinadas situaciones, sensaciones, etc. Somos nuestros mejores proveedores de ideas.
Si te dedicas a unas dos o tres ideas (incluso solo una) te ayudará a no desviarte.
5. Cuida tu cuerpo para cuidar tu mente
Descansa bien, toma líquidos, frutos secos, realiza pausas para estirarte… Todo ello son claves para una concentración sostenida. Parece una obviedad, pero es así.
Dormir bien, estirarte, mantenerte hidratado y tener buena postura ayuda a que la concentración no se disperse por fatiga física.
No te descuides, bajo ningún concepto. Una de las primeras situaciones de bloqueo, es justamente por cansancio o estrés.
6. Empieza con una escritura libre de 5 minutos
Si no tienes costumbre, o te cuesta concentrarte, comienza con escritura mecánica. Sirve como calentamiento mental y emocional. Algo de lo que habla la gran Julia Cameron: ella utiliza la idea de las hojas matutinas, es decir, según te levantas, escribe lo que te venga a la mente, sin preocuparte de que esté conectado o tenga sentido. Eso permite mantener abierto el canal creativo.
Así que, si tienes dificultades para concentrarte, antes de abordar el proyecto principal, escribe sin pensar en calidad. Es una forma de desbloquear el flujo creativo y reducirá la ansiedad inicial.
7. Visualiza el objetivo antes de empezar
Piensa qué quieres lograr con esa sesión: ¿una escena, un capítulo, una idea desarrollada? La visualización ayuda a enfocar la energía.
Conclusión:
Combinar buena formación con hábitos efectivos es la clave para avanzar en el camino de la escritura. Leer a quienes han transitado ese camino antes y aplicar técnicas de concentración puede marcar una diferencia sustancial en la productividad y calidad de tu trabajo. Y con ello, en tu satisfacción y motivación.
La escritura no es cuestión de inspiración milagrosa, sino de método, constancia… y buenos libros a mano.
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