Dice la leyenda, que a Sócrates se le acercó un alumno para contarle un chisme que había oído sobre él. Antes de que comenzara, Sócrates le paró y le preguntó:
«¿Es verdad? ¿Es bueno sobre mí? ¿Me será útil?»
A lo que el alumno, hubo de negar las tres veces y se despidió de su maestro.
La idea de usar el triple filtro de Sócrates, no es solo un modo filosófico de enfrentarte al día a día, sino que resulta una base poderosa con la que evaluar proyectos creativos. Especialmente porque nos aportará propósito, inspiración y claridad.
A lo largo de la historia, nos encontramos con pensamientos parecidos: la referencia a las «tres normas» sobre la transmisión de un murmullo lo vemos también en Jacques Derrida, el filósofo francés conocido por su análisis del lenguaje y el significado.
La metáfora literaria puede ofrecernos una visión clara de ello:
- La intención del mensaje: Asegurándonos de que, lo que se comunica, contiene una intención original.
- La fidelidad al origen: Conservar algún vínculo reconocible con la fuente original.
- La receptividad del oyente: Que quien recibe ese mensaje tenga la capacidad de interpretarlo, lo que remite a la importancia del contexto y de cómo construir ese mensaje para la comprensión en la comunicación.
Aquí te presento una posible utilización de esta idea en el ámbito creativo, que nos ayude a realizar retos viables y proyectar objetivos precisos que nos resulten motivadores y útiles. Te ayudarán a mantener el enfoque, a ser productivo y garantizar resultados efectivos.
Al enfrentarte a un nuevo desafío, evalúa tus ideas bajo estas tres preguntas fundamentales.
¿Es verdad?
¿Esta idea refleja algo auténtico y alineado con mis valores?
Esta es una forma de asegurarte de que, ese nuevo reto, tiene una base sólida. Que lo construyes sobre una necesidad o dificultad genuino. Que lo aportes con conocimiento y datos fiables y, sobre todo, que es coherente con tu visión de creativa.
Cuando nos embarcamos en un proyecto que sentimos auténtico, y somos capaces de ilusionarnos con él, sin dejarnos llevar por modas pasajeras que no conecten con lo que realmente sentimos en nuestro interior, es cuando nos motivamos hasta el punto de enfocarnos totalmente con el objetivo, con lo que realmente importa.
Esa seguridad en la honestidad de tu proyecto creativo es el cimiento de cualquier éxito en él.
¿Es bueno?
Quiere decir, ¿esta idea aportará valor o una mejora para algo, o para alguien?
Con esta cuestión evaluamos el impacto positivo de nuestra idea. No solo para las personas que lo vean o disfruten, sino también para ti como creador. Si, además, resuelve o expone un problema, una necesidad que podamos dar una posible solución, mejor que mejor.
Cuando nuestra idea la diseñamos con la intención clara de enriquecer, dar utilidad o hacer una reflexión seria a tu público, o a ti mismo, este objetivo se convierte en algo dinámico, alegre, ilusionante para ti. Además, harás cómplice a tu público.
Debemos tener en cuenta que no todas las ideas son buenas. Hay que ser muy objetivo y realista con ello. Sin ser frustrante, porque la filtramos justamente para sacar la mejor versión de nuestra idea y el mejor desarrollo de ese proyecto. Esto nos asegura de que contribuirá con algo significativo, y tendrá más probabilidades de que sea valorada con éxito. Busca siempre que tu creatividad deje una huella positiva.
¿Es útil?
¿Es práctica y viable de realizar, tanto para mi público como para alcanzar mis metas?
Con frecuencia, las ideas creativas pueden ser impresionantes, pero difíciles de ejecutar. Por ello, es importante que, antes de ponernos en marcha, reflexionemos sobre ella: ¿Será factible respecto a los recursos que tengo, el tiempo, el equipo?
Es una forma de «aterrizar» tus ideas. Una vez contestes a esta cuestión, resultará más fácil reflexionar sobre su implementación, cómo hacerlo y, a quién beneficiará y cómo. La utilidad de algo está en la capacidad de convertir una visión creativa en algo tangible y funcional que tenga impacto.
Puedes pensar que, si utilizas estos filtros, vas a limitar la imaginación. Sin embargo, a medida que te acostumbras, encontrarás mayor claridad en tus pensamientos, ideas con propósito, sensación de autenticidad y utilidad. Asegúrate de que cada reto que te plantees sea verdadero, bueno y útil, y estarás construyendo una vida más productiva para ti y forjando logros significativos.
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