Escribir bien es mucho más que poner palabras bonitas en un papel o en una pantalla. Es lograr que esas palabras conecten, que hagan sentir algo y que permanezcan en la mente del lector mucho después de haber terminado el texto. Pero, seamos honestos, perfeccionar el estilo de escritura no es fácil. A veces parece que las ideas no fluyen, que las palabras no suenan como quisiéramos o que nuestro texto carece de esa “chispa” que lo hace memorable.
La buena noticia es que, como cualquier arte, escribir mejor es cuestión de práctica… y de estrategia. Los grandes autores que hoy admiramos, también se enfrentaron a bloqueos y desafíos, pero lograron encontrar caminos para pulir su estilo y dejarnos lecciones valiosas.
En este artículo, vamos a explorar siete estrategias clave que te ayudarán a llevar tu escritura al siguiente nivel. ¿Lo mejor? Cada una está respaldada por consejos o frases de escritores que han dejado huella en la historia. Así que, si alguna vez te has preguntado cómo convertir tu escritura en algo más poderoso, tal vez sus consejos te sirvan de impulso.
1. Lee más de lo que escribes.
«Si no tienes tiempo para leer, no tienes tiempo (ni herramientas) para escribir. Así de sencillo». Stephen King
La lectura es la base de una buena escritura. Exponerte a diferentes estilos, géneros y voces literarias, enriquece tu vocabulario y tu perspectiva. Por ejemplo, lee ensayos si buscas precisión y novelas para comprender el desarrollo de personajes. King sugiere leer todos los días para alimentar la mente creativa, y te aseguro que es una sugerencia sumamente eficaz.
Si te interesa escribir descripciones vívidas, lee a Gabriel García Márquez, —un rey a la hora de transportarte en sus lecturas—, quien, con frases como «El aire estaba impregnado de salitre», transforma simples sensaciones en experiencias sensoriales completas.
2. Escribe con claridad, sé sencillo y honesto.
«La perfección no se alcanza cuando no hay más que añadir, sino cuando no queda nada que quitar». Antoine de Saint-Exupéry
La claridad es la piedra angular de un buen estilo. Con mucha frecuencia menos es más, y lo que realmente agradece el lector es una lectura honesta, que le lleve a ti, a tu forma de expresarte y de pensar. Busca frases precisas y evita redundancias. Lee tus textos en voz alta para identificar partes confusas o innecesarias.
Ernest Hemingway es considerado un modelo de escritura sencilla y directa. Su narrativa en El viejo y el mar utiliza oraciones cortas y sin adornos que impactan profundamente.
3. Encuentra tu propia voz.
«Tu estilo debe ser una extensión de ti mismo, no una imitación de alguien más». Mark Twain
Aunque es útil inspirarse en grandes escritores, evitar copiar su estilo es crucial. Dedica tiempo a descubrir tu propia voz experimentando con diferentes formas y géneros.
Una forma de encontrar tu propia expresión es escribir un mismo texto de tres formas distintas (formal, poética, conversacional) para identificar tu tono preferido.
4. Muestra, no cuentes.
«No me digas que la luna brilla; muéstrame el destello de su luz en un vidrio roto». Anton Chekhov
Esta regla es esencial en narrativa: consiste en involucrar al lector mediante imágenes y detalles concretos, en las descripciones, utilizando elementos de todos los sentidos (qué aroma te llega, qué percibes en la piel, qué ves, qué llega a tus oídos) En lugar de explicaciones abstractas, el describir o narrar con todas esas peculiaridades que uno puede percibir en la vida real hace que el lector se sienta inmerso en la ambientación.
Los elementos a utilizar y la forma más fácil de conseguirlo es utilizando los sentidos para pintar un cuadro vívido en la mente del lector.
Por ejemplo, en lugar de escribir «El hombre estaba asustado», describe: «El hombre apretó los puños y su respiración se volvió errática, mientras gotas de sudor caían de su frente».
Es un poco más largo, pero te hace sentir a ti, como lector, la sensación de inquietud.
5. Reescribe sin miedo.
«Escribir es humano; editar es divino». Stephen King
La primera versión de cualquier texto rara vez es perfecta. Siempre hay ideas que se escapan y que no vienen al caso, descripciones que se pueden precisar más, historias que se deben acortar para no perder el foco a lo esencial, diálogos que hacer más realistas, por el enfoque, por las expresiones, porque se han quedado muy cortas en contestaciones…
La revisión es donde el verdadero estilo se forma, y donde un buen escritor se muestra. Cambia, corta y pule. No tengas pesar en reformar, recortar o quitar tus frases hasta que reflejen exactamente lo que quieres transmitir.
Es nuestro «momento Samurai» del que te hablo en ALEMPED, la nueva estrategia creativa del escritor. Todo lo que a ti te «chirríe» al oído, es peor para el lector.
Sugerencia: Deja tu escrito reposar dos o tres días antes de revisarlo. Esto te dará una perspectiva más objetiva para identificar problemas de ritmo o claridad.
6. Usa metáforas y analogías potentes.
«La escritura es pintura para los oídos». Voltaire
Las metáforas y analogías no solo embellecen un texto, sino que también lo hacen más accesible y memorable. Recordemos que los niños aprenden a través del ejemplo y que, durante siglos, aprendimos de adultos a través de historias, cuentos y leyendas que pasaban de boca en boca.
Comparar conceptos abstractos con imágenes concretas ayuda a que el lector comprenda, recuerde y, sobre todo, se le grabe en su memoria.
Ejemplo: Pablo Neruda en Oda a la cebolla: «Rosa de agua, escarcha de los pobres». Aquí, la metáfora transforma un objeto cotidiano en un símbolo poético lleno de significado.
7. Escribe para un lector específico.
«Siempre escribe para una persona». Kurt Vonnegut
Imaginar un lector específico, lo que en desarrollo personal se le llama avatar, te ayuda a ajustar el tono, el lenguaje y el mensaje de tu escritura. Para ti, como escritor, te ayuda a enfocarte, a ser más claro, y preciso, a explicarte mejor y a ofrecer ambientaciones más reales.
Pregúntate: ¿Qué tipo de emociones quiero evocar en este lector? Vonnegut recomendaba escribir como si estuvieras contando una historia a alguien que conoces bien. Y es lo ideal.
Por ejemplo, si estás escribiendo sobre un tema técnico, imagina explicárselo a un amigo curioso pero no experto. Esto te obligará a ser claro y accesible.
Mejorar tu estilo de escritura es un viaje continuo que requiere práctica, análisis y paciencia. Hay una frase que se le atribuye a Hemingway: «Estamos todos aprendiendo a escribir, todos los días». Permite que las palabras de los grandes escritores te guíen hacia un estilo único y poderoso.