Si alguna vez te has enfrentado a una historia que exige más datos de los que tenías en la cabeza, no estás solo. Es parte natural del proceso de escribir. Muchas veces he comentado que los escritores somos de todo, sin ser de nada, y es, precisamente, por la cantidad de elementos añadidos a nuestras historias.
La investigación es el esqueleto secreto de toda buena historia. Incluso los mundos más imaginativos tienen raíces firmes en la realidad. Hay una máxima muy sencilla para esto:
¿Quieres que tu escritura vuele alto? Hay que aprender a cavar.
Te dejo algunas ideas que pueden resultarte útiles para comenzar a documentarte:
1. No empieces a escribir sin antes oler el terreno
Antes de lanzarte a escribir sobre, digamos, una aldea medieval o una banda de contrabandistas en el Caribe, necesitas contexto. La escritora Hilary Mantel, autora de Wolf Hall, pasó años investigando los tiempos de Enrique VIII antes de teclear una sola línea. El resultado: una novela histórica galardonada, rica y creíble.
Ideas para estrategias:
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- Crea una carpeta de documentación para cada proyecto.
- Usa mapas, líneas del tiempo, árboles genealógicos. Visualiza el lugar, las escenas hasta la forma de moverse, de hablar, los diálogos… ¡Visualiza todo antes!
2. Aplica la regla del 80/20
El 80 % de lo que leas no lo usarás directamente. Es más, leerás muchos libros, artículos, hablarás con muchas personas, indagarás en la red durante horas. Sin embargo, no todo es factible y no todo debe estar en el escrito. La razón es que si lo hiciéramos así, sería insufrible para el lector: dejaría de tener interés de lectura para convertirse en el estudio de una tesis.
El 20 %, en cambio, será oro. Hay que investigar a lo bestia, sin dejar cabos sueltos; pero selecciona, con ojo clínico y preciso, solo lo que dará interés a tu escrito. Jorge Luis Borges pasaba más tiempo leyendo que escribiendo, y cada cuento suyo parece contener un universo entero comprimido.
Truco:
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- Haz una criba precisa de aquellas frases, datos, mensajes, leyendas, fechas que resulten muy llamativas para ti. Lo notarás, porque sentirás la necesidad de memorizarlo.
- Recoge en una carpeta aparte, exclusiva de datos para la historia, solo los datos más jugosos y útiles para tu historia. El resto, puedes dejarlo en la carpeta general, o decirle adiós.
3. Entrevista, aunque no seas periodista.
¿Tu personaje es piloto de avioneta, chef, enfermera, tatuadora? Habla con alguien real que lo sea. Stephen King lo hizo al escribir La milla verde: consultó a guardias de prisiones y abogados. El realismo no se improvisa.
Tip:
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- Puedes utilizar foros, o redes (como LinkedIn) para encontrar personas dispuestas a responder preguntas. Yo te aconsejo, mejor, buscar entre amigos y conocidos, alguien del sector o profesión que estás indagando.
- Prepara 5 preguntas claves, o las más relevantes, antes de contactarlos. Siempre conseguirás más información de la que tú pediste y, con frecuencia, muy interesante.
4. No subestimes el poder de los documentales y los audiolibros
A veces, leer no basta. Ver imágenes, escuchar testimonios, ver una época o situación en movimiento, series de televisión, despierta otras conexiones mentales. Además, los audiolibros son una combinación perfecta para ganar tiempo en esos espacios en que no puedes estar leyendo, pero sí escuchando sobre ello. Margaret Atwood ha dicho que muchos elementos de El cuento de la criada están inspirados en hechos reales que vio en reportajes.
Truco rápido:
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- Mientras cocinas, caminas o vas en coche, escucha un audiolibro o pódcast sobre el tema que estás investigando.
- Indaga en las plataformas, series o documentales sobre el asunto que necesitas y aprovecha momentos de cine en casa (yo aprovecho, momentos como plancha, doblar ropa, etc.)
5. Investiga como si fueras tú el personaje.
¿Escribes sobre un ladrón de arte del siglo XXI? Lee libros sobre seguridad de museos. ¿Una arqueóloga en Egipto? Aprende sobre rituales funerarios, climas extremos y jeroglíficos.
Juego mental:
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- Escribe una entrada de diario desde el punto de vista de tu personaje después de leer algo que él o ella habría leído.
- Imagina una situación que temas, como encontrarte con alguien a quien admires o respetes mucho, e imagina la conversación que podríais tener.
6. Cuidado con la parálisis por análisis
Sí, investigar es un arte, y como tal, llega un momento en que debes dejarlo reposar. Pero si te obsesionas con ello y con estar «superpreparado» y que no se te escape ningún hilo, nunca escribes. Ray Bradbury decía: «No tienes que quemar libros para destruir una cultura. Solo haz que la gente deje de leerlos». Y lo mismo pasa con escribir: investiga, pero salta a la acción. Además, mientras vas escribiendo, te irán surgiendo nuevas ideas y se clarificarán los puntos que necesitas dominar.
Clave final:
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- Ponte límites: una semana para documentación inicial. Luego, investiga lo específico solo cuando surjan huecos reales durante la escritura.
- Puedes pasar mucho tiempo investigando y recabando datos, pero recuerda: al menos una vez por semana, escribe algo sobre lo aprendido. No solo irás creando la historia, irás clarificando hacia dónde la quieres llevar, qué elementos serán importantes para desarrollarla y tendrás una visión más precisa de hacia dónde debes dirigir tus pesquisas.
- Sobre todo, cuestiónate, desde el punto de vista de tus personajes, las dudas que a ellos se les presenten. Serán tus mejores espías de conocimiento.
En resumen:
Investigar bien no se trata de saberlo todo, sino de saber justo lo necesario para contar tu historia con verdad y chispa. Y siempre, siempre, queda información en el tintero. No te emperres en sacarlo absolutamente todo, o tu historia perderá interés.
Quiero ofrecerte algunos libros recomendados para mejorar tu capacidad de investigación y documentación. Creo que pueden serte útiles:
- Sin miedo a la verdad – Manuel Marlasca y Luis Rendueles
Para quienes escriben novela negra, policiaca o thriller. Casos reales explicados con rigor y estilo. - Mientras escribo – Stephen King
No es solo sobre escritura, sino sobre cómo absorber el mundo que te rodea para nutrir tus historias. - El arte de la ficción – David Lodge
Analiza técnicas narrativas con ejemplos literarios y te hace pensar como autor…, y como lector documentado. - Atlas de los lugares literarios – Laura Miller
Perfecto para explorar escenarios clásicos y comprender cómo los autores los documentaron y los transformaron en ficciones inolvidables.
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