¿Cómo escribir una historia que enganche desde el principio?
La primera impresión es muy importante, y en el caso de la escritura, la primera página de una historia puede marcar la diferencia entre captar la atención del lector o perderla para siempre. Los grandes escritores, nuestros referentes admirados, nos sugieren que la primera frase sea impactante, que capte la atención. Puede ser por brusca, curiosa, grotesca o incoherente. Lo importante es que rompa esquemas. Por eso, es fundamental que sepas cómo escribir un inicio que enganche desde el principio y que despierte la curiosidad por saber más.
Recordemos, por ejemplo, «Era un hombre a una nariz pegado», el famoso verso de un soneto satírico escrito por Francisco de Quevedo, donde se burla de la nariz exageradamente grande de su rival literario, Luis de Góngora, otro poeta del Siglo de Oro español.
Otro comienzo célebre: «Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias». Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer», inicio de la obra El extranjero, de Albert Camus.
O también, el inicio de Herzog, de Saul Bellow: «Si estoy chalado, tanto mejor, pensó Moses Herzog. Algunos lo creían majareta, y durante algún tiempo él mismo había llegado a pensar que le faltaba un tornillo».
Son inicios llamativos por lo extraño, lo directo y lo incongruente que se quedan en la memoria de los lectores.
Pero ¿cómo se logra eso? ¿Qué elementos debe tener un buen inicio de una historia? ¿Qué errores hay que evitar? Hablaremos de las características de la primera frase de un relato en otro momento; aquí te sugiero algunas claves muy sencillas para que puedas escribir un inicio que atrape a tus lectores y los invite a seguir leyendo tu historia.
1. Empieza con una escena de acción o conflicto
Una forma de enganchar al lector desde el principio es empezar con una escena de acción o conflicto, es decir, con algo que ponga en marcha la trama y que genere interés por saber qué va a pasar después. Casi te diría que, incluso mejor, es comenzar directamente en él. Por ejemplo, puedes mostrar al protagonista en una situación de peligro, enfrentándose a un problema o a un antagonista, o descubriendo algo sorprendente o misterioso.
Lo importante es que la escena sea dinámica, intensa y relevante para la historia, y que no sea una simple introducción o presentación de personajes o escenarios, sino, más bien, que sea una caída de golpe en medio de esa situación para el lector. Así, conseguirás captar su atención y curiosidad, y hacerle preguntarse qué ha llevado al protagonista a esa situación y cómo va a salir de ella.
2. Crea un personaje interesante y empático
Otra forma de enganchar al lector desde el principio es crear un personaje interesante y empático, uno con el que el lector pueda identificarse, simpatizar o sentir curiosidad. También sirve crear una conexión emocional directa con el lector, en cuanto a una situación difícil. Hay quien dice que, incluso, sirve lo contrario: crear un personaje de lo más repulsivo. Recordemos, por ejemplo, a Ebenezer Scrooge en Cuento de Navidad de Charles Dickens. Mostrar al personaje en acción, revelando sus rasgos de personalidad, sus motivaciones, sus conflictos internos o externos, sus fortalezas y debilidades suele crear curiosidad al lector.
3. Plantea una pregunta o un misterio
Otra forma de realizar un principio diferente es plantear una pregunta o un misterio, algo que intrigue al lector y que lo incite a seguir leyendo para encontrar la respuesta. Puede servir algo tan sencillo como introducir un elemento extraño o inexplicable en la escena, dejar una frase enigmática o sugerente al final del primer párrafo o del primer capítulo, o presentar una situación ambigua o contradictoria.
Imagínate algo tan fuera de lugar como encontrar a Blancanieves llamando por móvil a uno de los enanitos que está conduciendo por Las Vegas en su flamante hammer.
Lo importante es que la pregunta o el misterio sea coherente con la trama y el género de la historia, y que no sea demasiado obvio o fácil de resolver. Así, conseguirás crear un efecto de suspense o curiosidad en el lector, y hacerle sentir ganas de saber más sobre la historia.
4. Evita los clichés y las descripciones largas
Por último, y esto es importante, ya que puede hacer que tu lector deje de leer en el primer párrafo: evita los clichés y las descripciones largas. Lo que sea muy famoso, muy usado, y lo que sea muy lento puede aburrir al lector y hacerle perder el interés por la historia. Evita empezar con frases típicas y predecibles: «Era una noche oscura y tormentosa» o «Se despertó sobresaltado por un ruido», y, sobre todo, con descripciones muy detalladas del entorno o del aspecto físico del personaje.
Lo importante es que el inicio sea original, fresco y creativo, y que no se detenga en detalles innecesarios o irrelevantes para la trama. Así, conseguirás mantener el ritmo de la historia y hacer sentir al lector que está leyendo algo nuevo y diferente.
Estas son algunas de las estrategias que puedes usar, como primera medida, para escribir un inicio que resulte diferente. Recuerda que no hay una fórmula mágica ni única para lograrlo, sino que depende mucho del tipo de historia que quieras contar y del público al que quieras dirigirte. Lo mejor es que experimentes con diferentes opciones hasta encontrar la que mejor se adapte a tu estilo y a tu propósito.
Y sobre todo, ¡diviértete escribiendo!
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