Las dos vidas de Mina Índigo, de Alaitz Leceaga, nos sumerge en la Barcelona del año 1888, justo antes de la celebración de la Exposición Universal, y sorprende por su originalidad y calidad literaria. Nos transporta un momento histórico, que será el germen de lo que llegará a ser el siglo XX.
La novela comienza presentándonos a Mina Índigo, una médium muy solicitada por la alta sociedad de Barcelona, que organiza sesiones espiritistas. Sin embargo, Mina es también una experta investigadora que utiliza sus contactos para obtener información comprometedora de sus clientes.
La trama se vuelve aún más intrigante cuando deja entrever algunos secretos en Mina, que se irán desvelando poco a poco. Secretos que solo puedes entrever entre algunas frases en coloquios con su mejor amiga, o en sus pensamientos cuando está sola. Ella y el nuevo patólogo forense británico, el doctor Ellis, se ven implicados en la resolución de un asesinato que, por su crudeza, conmocionará a la ciudad. Juntos deberán resolver el crimen, moviéndose entre lujosas fiestas en el Liceo y las calles más tortuosas del Raval. Y, a medida que investigan, surge una pasión inesperada entre ellos.
Alaitz Leceaga es una escritora vasca que se ha destacado por su realismo mágico y su habilidad para tejer historias que exploran las relaciones familiares, el perdón y la naturaleza. Su prosa cautivadora nos transporta a lugares y momentos apasionantes. Y con su estilo al escribir estas historias, nos atrapa desde la primera página.
Su primera novela, El bosque lleva tu nombre (2018), se convirtió en un bestseller y sus derechos fueron adquiridos para adaptarla como serie de televisión. En Las hijas de la tierra (2019), su segunda novela, presenta una saga familiar ambientada en un viñedo de La Rioja del siglo XIX. En 2021, ganó el Premio Fernando Lara con su obra Hasta donde termina el mar.
En Las dos vidas de Mina Índigo, la autora utiliza el suspense y los elementos sobrenaturales para atrapar a los lectores desde las primeras páginas y combina elementos clásicos del género con un toque mágico. Esta combinación de suspense, misterio y fantasía convierte a esta obra en una novela que engancha desde la primera página y sorprende por su originalidad y calidad literaria.
Pero, además, su lectura como novela de intriga, se ve enriquecida por una magnífica planificación en dosificar la información: durante toda la historia se crea una creciente curiosidad por desvelar esos «secretos» bien guardados del pasado de la protagonista. Secretos que aparecen siempre presentes, a veces en sus diálogos, en ráfagas rápidas de su pensamiento o en miradas furtivas a un punto concreto. Como investigación de un asesinato, la trama va haciendo giros inesperados y nuevas sorpresas que te mantienen en vilo el interés por seguir leyendo.
Sus personajes están muy bien estructurados, llenos de luces y sombras que los hacen muy reales. Llegas a sentirte cómplice con ellos, bien definidos y contrastados en su carácter, personalidad y forma de actuar.
La verdad que ha sido una lectura que me ha fascinado. Alaitz Leceaga es una autora versátil que combina realismo mágico con intriga histórica y personajes cautivadores. Una combinación ganadora, sin duda, para hacer de su lectura un entretenimiento exquisito que los amantes a la intriga, y en una época tan marcada, disfrutarán.
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