¿Sabes por qué resultan tan irresistibles los cuentos?
¡La magia del cuento…!
Se trata de una narración breve, oral o escrita, que narra una historia de ficción con un número reducido de personajes. Suele tener una intriga con un desarrollo sencillo y un rápido clímax y desenlace final.
Dicho así, no parece muy difícil de crear ¿verdad? En realidad, la impresión es que con un poco de imaginación será suficiente para poder inventarnos uno. Y en realidad, es posible. A veces solo necesitamos una idea sobre la que basarnos para crear una situación con un par de personajes y recrear una historia, con final feliz, con reflexión incluida o con un aprendizaje disimulado.
Es lo que hacemos cuando creamos una historia semejante para que un niño entienda una situación real. Una forma que puede que nos resulte más cercana y menos intimídante. Pero… ¿y si decidimos escribirlo? Ahí, nuestra “facilidad” creativa parece menos evidente. Nos lo pensamos mejor.
¿Cuál es la verdadera magia de un buen cuento? Básicamente, es su habilidad en comunicar estrategias, alternativas o aprendizaje a posibles problemas. El relato en sí, siempre debe ser instructivo, sutil, y discreto.
¿Cómo escribir un cuento sencillo?
La respuesta es simple: No hay nada que atrape mejor el interés de un lector (de la edad que sea), que verse reflejado en una situación. Por eso, una de las premisas es tomar una idea o una situación social frecuente, que el lector reconozca o pueda sentirse identificado con ella. Es fundamental crear imágenes con las palabras, descripciones sencillas y precisas.
Te dejo tres pasos sencillos, elementos de la Programación Neurolíngüística que pueden serte de utilidad:
- Piensa primero en una estructura simple en tres partes. Esta es una dinámica que nuestro cerebro agradece por su simplicidad. Dividir en tres partes ofrece a nuestro cerebro la idea de una estructura sencilla y completa; una unidad coherente. Con ello ganas ya la atención del lector: Una presentación de la idea, un pequeño enredo sobre ella, y un desenlace que pueda ofrecer un aprendizaje o fórmula de actuación (nuestra moraleja.).
- Utiliza siempre un lenguaje y expresión muy sencilla, simple. Piensa en hablar a un niño, aunque tu lector sea un adulto. El éxito del cuento está en la representación indirecta, lo que deja entrever; es lo que hace que la persona busque el trasfondo y es ahí donde le implicamos con la historia.
- Busca una idea actual, cercana, atrayente. Eso lo conseguimos cuando exponemos un problema común o una situación que estemos viviendo o conozcamos; sí, incluso cuando tratamos con niños. La semejanza captará su atención, porque indirectamente será algo que conecte con sus vivencias y emociones. Las emociones son importantes para implicarle en la historia, así que aprovecha expresiones y descripciones que conecten con los cinco sentidos. Por último, ofrece una salida o una diferente perspectiva. La sorpresa y la curiosidad son cualidades que incitan y mueven a pensar e indagar más allá. Son tus mejores aliados.
¿Cuál es la verdadera magia de un buen cuento? Básicamente está en la idea, en el tema y en cómo comunicar estrategias, alternativas o aprendizaje a posibles problemas. El relato en sí, siempre debe ser instructivo, sutil, y discreto. Y es imperativo utilizar emociones y percepciones para implicar a nuestro oyente o lector.
Recuerda dos bases simples y muy poderosas:
- Nuestra mente adora la sencillez y el ahorro de energía.
- Los cinco sentidos son las llaves al mundo interno de las emociones.
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1 comentario en «El cuento: estrategias camufladas»
Excelente, Dulce. Me gustaría compartirte un cuento que escribí con el que estoy participando en la 3ra beca de Isabel Allende. Va un abracito