La semana pasada hablamos del cuento y de cómo trabajarlos de forma fácil y cómoda.
El cuento, la metáfora y los símbolos tienen en común que son información que entra de forma subconsciente a nuestra mente. Su simbolismo, junto a nuestra experiencia con ellos o a su idea, hace que tengan un significado casi subliminal para nuestro cerebro. Hablaremos de cada uno de ellos de forma más concreta en breve.
El cuento es un elemento de enseñanza y desarrollo importantísimo en los niños. El aprendizaje y los valores que aporta de forma sencilla para ellos lo convierte en un medio ideal para educar.
Los beneficios que aporta a los niños es muy variado:
- Les crea una burbuja fácil y sencilla para superar los distintos problemas que expone el relato, convirtiendo el mundo en algo manejable y asequible a su forma de pensar.
- Les enseña cómo poder actuar en distintas situaciones semejantes.
- Es una herramienta de trabajo lúdica, divertida y entretenida.
- Les proporciona un contexto asequible para entender y adquirir valores que les ayuden a desarrollarse.
- Constituye una fórmula didáctica que responde a sus «por qués»
¿Qué estructura sería ideal para conseguir claridad?
La estructura más simple, es siempre la ganadora. Dividir el relato en tres partes: presentación, enredo y desenlace (que será la base para la moraleja final).
- (Objetivo) Problema, temor o tema Escoge algo que tenga relevancia con el hecho que preocupa al niño o que sea actual, que él pueda encontrar y comprender en su día a día.
- (Protagonista) La persona que afronta los hechos. Ofrece solo rasgos o características destacadas, pues es preferible que ellos imaginen el resto. Si describes de forma exhaustiva al personaje no dejarás espacio a su imaginación, y esta, es la herramienta imprescindible para que el cuento cale en su memoria. Hay algo que no debes olvidar al crear una historia para un niño: les encanta que mezcles elementos del día a día con personajes o cuentos tradicionales. Eso los hace más vivos y cercanos a su realidad.
*El truco: utiliza a un niño como avatar.. Así te adaptarás mejor a su lenguaje.
- (El desarrollo) El momento de enfrentarse a los antagonistas, diferentes apreciaciones, otros puntos de vista opuestos, reacciones adversas o complicaciones.Cuenta la historia en movimiento, con detalles significativos que la hagan creíble. Utiliza descripciones claras, breves, sencillas y frecuentes diálogos con frases cortas y precisas.
El final o resultado será quien ofrezca las acciones o pasos a realizar; es decir, el aprendizaje.
*El truco: Piensa en qué le gusta, cómo habla, a qué juega, cuál es su serie preferida… Utiliza elementos perceptivos y toca siempre la emoción. El niño se identificará con la acción porque la vincula directamente con los sentimientos
Deja fluir tu imaginación.
Solo necesitas pensar como un niño.
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