(por Juan Jesus Doreste Aguilar)
Este es el cuarto libro colectivo de la Escuela Internacional de Nuevos Escritores (EINE). Si los dos primeros —Claves para un año redondo y Mas claves para un año redondo— estaban conectados y, de alguna manera, uno era continuacion del otro, con los dos siguientes —Yo lo vivi y este que tienes entre manos— ocurre algo similar.
Yo lo vivi era un libro basado en experiencias reales vividas por sus autores, vivencias dificiles, crudas, que tuvieron una resolucion y un aprendizaje, y ¿como es que un libro de cuentos, con una intencion de llegar a un publico entre los siete y los catorce anos, es continuacion de un libro de experiencias y de crecimiento personal?
La similitud va mucho mas alla de que ambos libros compartan algunos autores en comun (ocho). Para casi todos los autores de CUENTO CONTIGO, cuando se los invito al reto de escribir una antologia de cuentos, lo de escribir este genero era algo totalmente nuevo y me atreveria a afirmar que no hubiera entrado en sus intenciones literarias personales si Dulce Bermudez, alma mater de EINE, no hubiera lanzado esta propuesta.
¿Como lo resolvieron? Al leer los catorce cuentos que configuran CUENTO CONTIGO, y por lo que conozco de cada uno de ellos, me di cuenta de que, en el fondo, cada uno habia narrado, disfrazada de cuento, una experiencia personal; experiencia que, de nuevo, encerraba el tesoro de una resolucion positiva y un aprendizaje vital, una ensenanza constructiva y de crecimiento.
¿No es acaso esta la finalidad ultima de este genero, el transmitir sabiduria —a veces ancestral— a traves de historias que pudiesen comunicar ideas y conceptos a veces dificiles a través de la narracion, de la trama, de los personajes y sus vicisitudes?
¿Que hacemos todos cuando escuchamos: «Erase una vez…»? Nos abrimos a la magia, despejamos nuestra mente critica y objetiva para que los animales hablen y las hadas, elfos y toda criatura fantastica — ya sea de carne, inanimada o inmaterial— exista, para que los lugares, epocas y dimensiones se liberen de las leyes fisicas,y nuestra imaginacion se vea catapultada, secuestrada… ¡volvemos a ser niños!
No importa si al escuchar o leer el cuento tenemos dieciocho, treinta, cincuenta u ochenta años. No importa en absoluto. Ante el inicio de un cuento o una leyenda, todos nos volvemos niños, credulos, imaginativos, abiertos; las emociones tienen autorizacion para manifestarse, la sonrisa puede surgir sin freno y las lagrimas estan raudas a partir si la trama lo requiriese.
La magia, la ilusion ha comenzado.
Este es el deseo de este libro: compartir la vida a traves de un genero que nos permite comunicar lo vivido desde otra dimension, la dimensión infantil que confiamos siga viva en nosotros, en ti, en cada lector, para siempre.
Todo lo mejor.