Contar una historia no basta: hay que hacerla vivir.
Este debería ser el lema de todo escritor o aspirante a ello, la clave para una narrativa convincente.
Todos tenemos historias que contar. Pero ¿qué hace que unas se queden en la memoria y otras se desvanezcan como humo? La diferencia entre una narración correcta y una narrativa convincente radica en cómo se conecta con el lector, cómo se sostiene la tensión y cómo se modelan las emociones a través de las páginas.
Cuando una narrativa resulta convincente, no solo te atrapa: te transforma. Te implica en la historia, te hace cómplice de los personajes, te transporta al lugar, a la situación, a la piel del protagonista…
Quiero compartirte en este artículo, siete claves esenciales que me han resultado útiles como escritora, para lograr una prosa que seduzca, mantenga el interés y deje huella. Desde recursos técnicos, ejemplos de grandes maestros en la escritura, y hasta decisiones creativas poco habituales. Espero que te sirvan como herramientas para darle cuerpo y alma a tus historias.
1. Empieza con una verdad incómoda
Las historias que más captan nuestra atención suelen partir de una tensión interna o una paradoja emocional. Es un asunto espinoso, pero con gran calado social. Atrévete a empezar por ahí.
🖋 Ejemplo: Raymond Carver abría sus relatos con situaciones cotidianas donde algo no encajaba: una pareja que habla del amor mientras bebe hasta el amanecer, o una llamada telefónica que revela una fractura emocional.
🎯 Idea creativa: Haz una lista de frases que nunca te atreverías a decir en voz alta. ¿Qué pasaría si una historia comenzara con una de ellas?
2. Haz del conflicto un imán, no un obstáculo
Una buena historia tiene siempre, como germen, un conflicto. No lo utilices como un freno, sino como el motor de tu argumento. El conflicto no tiene que ser bélico ni grandilocuente, no siempre es político o religioso: basta que implique un deseo frustrado, un anhelo exacerbado, o una situación insostenible, aunque se produzca dentro de casa.
🖋 Ejemplo: En La señora Dalloway, de Virginia Woolf, el conflicto de Clarissa no es externo, sino la disonancia entre la vida que ha elegido y la que pudo tener.
🎯 Idea creativa: Crea un protagonista que quiera algo aparentemente simple (como escribir una carta), pero que esté emocionalmente incapacitado para hacerlo. Construye la trama desde esa imposibilidad.
3. Modela el ritmo como un director de cine
La narrativa fluye mejor cuando alternamos velocidad y pausa. Es una danza, entre el escrito y la imagen que genera, como si fuese una coreografía. Un buen ritmo de lectura, es aquel que atrapa emocionalmente al lector. Y como todo en la vida, hay momentos más rápidos y activos, y otros que deben transcurrir con lentitud y serenidad. Es el ritmo de la propia vida.
🖋 Ejemplo: Margaret Atwood en El cuento de la criada alterna entre acción cruda y momentos de contemplación para manipular la tensión narrativa.
🎯 Idea creativa: Marca tu manuscrito con códigos de color según el tipo de escena (acción, diálogo, reflexión) y visualiza el ritmo como si fuera una paleta de colores. Esto te ofrecerá una amplitud visual de cómo se equilibra esta dinámica en tu historia.
4. Haz que el paisaje hable
La ambientación, junto con el olfato, son los mejores recursos para inmiscuir al lector en nuestra historia. No subestimes el poder simbólico del entorno. El espacio que nos rodea no es un decorado: es un entorno vital, lleno de vida y color. Puede representar tanto un espejo del alma del personaje, como un soporte vital de ellos o incluso, convertirse en un actor más de la historia.
🖋 Ejemplo: En Cien años de soledad, Macondo, el pueblo que han creado, es un personaje más. Su evolución y decadencia reflejan los destinos de la familia Buendía.
🎯 Idea creativa: Elige un objeto o lugar de tu historia y escribe un monólogo desde su punto de vista. ¿Qué diría del protagonista?
5. Crea personajes con grietas visibles
Una narrativa es tan convincente como lo son sus personajes. Y lo que los hace creíbles no es su perfección, sino sus contradicciones. Todos somos un cúmulo de aciertos y errores, bonanza y maldad. Los personajes ricos y bien formados y con profundidad, son aquellos que presentan un amplio margen de colores grises (entre bueno y malo) o con mayor contradicción en el índice de frustración o bienestar. Incluso, quienes físicamente, no son un estereotipo adecuado.
🖋 Ejemplo: Anna Karenina es adúltera y maternal, fuerte y frágil. Es su contradicción lo que la hace inolvidable.
🎯 Idea creativa: Escribe una escena donde tu personaje actúe de forma opuesta a lo que siempre ha defendido. Luego explora las razones.
6. Juega con la elipsis como un escultor
En música, los silencios son fundamentales. Sin ellos, la música no existiría. De igual forma, lo que no se escribe, también narra. La elipsis es una herramienta poderosa que debemos cultivar y desarrollar. Es importante, casi ineludible, crear momentos donde el lector tenga que completar la imagen, la historia, la situación, el horror… Es más poderosa la amplitud de la mente que piensa e imagina, que la visión de la combinación de las letras en un papel, porque obliga al lector a llenar los huecos con su propia emoción. Y siempre, será más potente que la que tú puedas crear.
🖋 Ejemplo: Hemingway lo llamaba «el principio del iceberg». En Hills Like White Elephants, nunca se menciona la palabra «aborto», pero toda la historia gira en torno a ello.
🎯 Idea creativa: Escribe una escena crucial sin mencionar el conflicto principal. Luego, da pistas solo a través de gestos, descripciones precisas y cortas o silencios.
7. Rompe una regla narrativa conscientemente
La originalidad no nace de evitar las normas, sino de entenderlas lo suficiente como para desafiarlas con intención. Es lo que hacen los genios, los grandes compositores, los mejores maestros… Infringe con conocimiento una de las normas y llamarás la atención de tu lector.
🖋 Ejemplo: Italo Calvino, en Si una noche de invierno un viajero, rompe la estructura tradicional y se dirige directamente al lector, convirtiéndolo en protagonista.
🎯 Idea creativa: Escribe un capítulo donde la narración cambie de tiempo verbal, de género o incluso de medio (¿y si un capítulo fuese una carta, un informe policial o un post en redes sociales?).
La narrativa convincente no es un producto de la casualidad ni del talento innato. Es el resultado de un trabajo consciente, que evoluciona y se desarrolla con la práctica, sobre los mecanismos de la emoción, del lenguaje y de la estructura. Experimentar, arriesgar y observar la reacción del lector (incluso cuando eres tú mismo) es parte de ese camino de aprendizaje.
Si tienes una historia que merece ser contada, estas claves pueden ayudarte a convertirla en algo que se sienta vivo, urgente y transformador. Porque, cuando una narrativa convence, deja de ser solo tuya para convertirse también en memoria de quien la lee.
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