Los símbolos, cualquiera de ellos, forman un tipo de lenguaje, curioso y muy habitual. Resultan ser un tipo de lenguaje directo, sencillo y subliminal, aunque, en ocasiones, mal utilizados; a veces sencillamente por falta de información.
Los símbolos representan personas, situaciones, estados de ánimo, sentimientos, pensamientos o experiencias internas. Tienen un poder inmenso en cuanto a la eficacia de los mensajes, escritos e información que tú quieras dar a tus lectores o público.
Los símbolos se entienden de forma inconsciente. Es por ello que juegan un papel tan importante en los mitos, metáforas y cuentos. Su representación abre un mundo de creación, donde se pone a prueba el intelecto, la lógica y los sentimientos de nuestro lector haciendo que “juegue” con el argumento. Ese es su gran valor.
Las visualización de estos símbolos, son un código lingüístico que penetra en la consciencia sin razonamiento; el subconsciente toma la iniciativa y absorbe su propio código de símbolos. Al estar dentro de la persona, no le resulta impuesto y se crea según su necesidad y comprensión. Por eso resultan tan efectivas.
Algo sencillo como una cadena que ha regalado la madre a la protagonista, o el osito de peluche del niño, la manta o el chupete del bebé, una traba del cabello de una adolescente, el llavero de un chico… cualquier objeto es susceptible de crear una conexión directa en la mente del lector. Y si eres hábil, y aportas un valor emocional en el símbolo, puedes cautivarle a lo largo del argumento.
El cuento y la metáfora, con sutiles diferencias entre ellas, se basan en la asociación de ideas por relación, semejanza, coexistencia o sucesión. Es una de las prácticas más antiguas del hombre, usando las historias y leyendas.
Los mitos (otra forma de metáfora) son mecanismo para la enseñanza, la culturalización o el íntercambio de ideas.
En una comunicación normal, el mensaje es captado por los órganos perceptivos, filtrado por el consciente y sometido al cuestionamiento lógico.
Con las metáforas, el diseño del mensaje busca inducir receptividad e interés al oyente, construirle visualizaciones, saltar este filtro consciente y la información pasa directamente al mapa y estructura profunda. La visualización que suscita una metáfora pasa a ser representaciones internas.
Lo mismo ocurre con el aprendizaje: se basa en crear nuevas asociaciones, crear nuevos significados.
La metáfora y el cuento cumplen esta función de forma más completa. Tanto las historias consagradas como las modernas metáforas terapéuticas y educativas tienen la habilidad para comunicar una estrategia, alternativa o aprendizaje para resolver un problema específico.
Y es ideal para padres, niños, adolescentes o mayores.
Podrás conocer claves muy útiles para hacer de tus escritos, textos muy sugerentes. Ganarás lectores, públicos y popularidad.